Nuestro cuerpo puede enfrentarse al estrés y reaccionará segregando una hormona: el cortisol.
Interviene en el equilibrio de la glucosa en sangre y en el metabolismo de grasas y proteínas.
Los niveles altos de cortisol pueden afectar muchos procesos físicos y pueden desequilibrar nuestro metabolismo.
El estrés puede alterar el sueño
Cuando estamos estresados, nuestros niveles de cortisol aumentan para responder a nuestra situación. Será más alto por la mañana y descenderá a lo largo del día hasta alcanzar su nivel más bajo por la noche.
Si nuestros niveles de cortisol permanecen altos durante el día, puede mantenernos despiertos y despertarnos durante la noche. La falta de sueño puede provocar desequilibrios en otras hormonas como la grelina y la leptina (hormonas que regulan la saciedad y el apetito).
El estrés aumenta los antojos de comida
El estrés puede provocar fuertes antojos de dulces. De hecho, cuanto más estresada esté una persona, mayor será su nivel de cortisol y más se sentirá atraída por productos grasos, salados o dulces (ricos en calorías).
Estos refrigerios provocarán aumento de peso u otros problemas de salud.
El estrés altera tu digestión
Nuestro cuerpo está demasiado ocupado contrarrestando el peligro causado por el estrés, puede ralentizar y alterar nuestra actividad intestinal o dejar de asimilar los alimentos. Puede aparecer hinchazón, reflujo ácido, diarrea, indigestión, estreñimiento. Sí, el estrés daña tu estómago.
El estrés puede provocar problemas de concentración
El cortisol puede perjudicar nuestras funciones cognitivas. De hecho, el estrés reduce su capacidad de concentración. Las hormonas del estrés afectan la atención selectiva, que es la capacidad del cerebro para distinguir entre lo relevante y lo irrelevante.
El estrés puede causar enfermedades cardiovasculares
El estrés repetitivo puede provocar fallos del sistema inmunológico y, por tanto, desencadenar enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a que el corazón late más rápido y los vasos sanguíneos se estrechan, la sangre se espesa, lo que provocará una mala circulación.
Lo habrás comprendido, el estrés es el enemigo número 1 de nuestra salud y de nuestro peso.
Sin embargo, existen soluciones para relajarse y superar estos inconvenientes.
Nuestro consejo:
-consumir alimentos antiestrés ricos en magnesio, vitaminas y omega 3.
- recuerda hidratarte bien y utilizar infusiones de hierbas para relajarte.
-Practicar una actividad física que te ayude a desahogarte.
-tómate un tiempo para ti